Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Sencillamente voy a explicar una interrupción que el Sr. Ministro de la Gobernación creyó que le había hecho, y no fue así porque al hablar S.S. de un grandísimo escándalo que pasó, según S.S. dice, en no sé que pueblo de la provincia de Castellón, y al ver que el Sr. Romero Robledo cita todos los días este hecho (imitando así lo que se hace en los teatros que con cuatro o seis comparsas vestidos de militares entrando en el escenario, saliendo de él y dando la vuelta para entrar de nuevo, se semeja el ejército de Jerjes), dije, no dirigiéndome a S.S., sino a mis compañeros: "eso es imposible, eso no puede ser verdad". Su señoría oyó esto y se incomodó, e hizo mal en incomodarse. Yo decía que no podía ser verdad porque es imposible que haya sucedido. (El señor ministro de la Gobernación: Pues ha sucedido). Si ha sucedido, el Gobierno no tiene nada que ver con eso, porque no sólo no ha sabido nada de eso, sino que no lo han sabido hasta ahora las oposiciones, y es muy extraño que tratándose de un escándalo tan inaudito no hayan acusado las oposiciones al Gobierno. Pues si el Gobierno no ha tenido conocimiento de ello, y si tampoco lo han tenido las oposiciones, que si se hubiese realizado lo habrían sabido, ¿por qué S.S. quiere hacer responsable de semejante atropello al Gobierno que entonces había, no pudiendo tener ninguna responsabilidad con este motivo? ¿Por qué su señoría quiere hacer responsable de semejante atropello al Gobierno no teniendo intervención en él? De eso hace S.S. un cuento con que entretiene a la mayoría, que ya irá comprendiendo, por experiencia, que debe ser un poco más reservada en los aplausos que a su señoría tributa. [441]